Cuando pienso en ti, me invade un sinfín de sentimientos. Tu gravedad me sostiene en un lugar cálido donde descanso del ruido. Hoy y cada día quiero escucharte, conocerte profundamente, descubrir todo lo que eres.
Me pregunto como tu suavidad y amor abrazo estas espinas en llamas. Me corroe la amargura que te mostré, y ahora es tu dulzura la que me hizo ver cuánto me faltaba amarme y cuánto me falta para amarte. Sin embargo esa culpa se desvanece porque contigo recuerdo que puedo ser yo mismo y quiero con todo mi ser que tu tambien puedas sentirte asi conmigo, sin miedo al juicio. Pero dentro de mí, siento que tú no te sientes igual. ¿Será que hay algo roto en ti por mi culpa, algo que no quiere salir o algo de mí que no puedes aceptar? Si es así, lo entiendo.
El amor que siento por ti no tiene que ver con las cosas que tenemos en común. Es una fuerza indescriptible, una atracción que nace de lo me mostraste que hay dentro de ti, ese vistazo que vi través de esa cerradura vi algo infinito y hermoso en tu interior. Intenté plasmarlo en palabras e imágenes, pero ninguna hace justicia a lo que siento.
Contigo recuerdo que amarte también implica ser consciente de que mi idea de quien eres y pienso que estoy amando puede ser una ilusión basada en una realidad que tal vez no existe del todo si no en una que cree con mis expectativas de la realidad. Asi fue como reconoci que no quiero engañarme ni lastimarte más.
No quiero que mi amor sea una carga para ti; quiero que sea algo que te libere así como tu lo has hecho por mi. Por eso, quiero que sepas que hoy y siempre mi ser te ama. Aunque ahora no tengo certezas más que una: que no puedo seguir conteniendo este amor que me desborda y me llevo al camino hermoso que siempre a estado ahi pero nunca había visto tan claro...
Ahorita.